Cuidado con los castillos en el aire...
¡Castilla, […] tierra
inmortal!
Como castellanoleonesa que
soy, me he criado y me he formado en estas tierras. Y siempre he tenido la
sensación de que seguíamos siendo esos mares de Castilla que con tanto cariño
describía Machado. Tenía la sensación de que no solo el resto del país, sino
también nosotros mismos, continuábamos atrasados con respecto al resto del
mundo, que parecía avanzar a pasos agigantados. Tras alejarme de todo esto y conocer
otros mundos y otros sistemas educativos, la realidad me ha dado de bruces. Y
he tenido que tragarme algunas que otras palabras.De acuerdo con el informe
PISA, hacemos muchas cosas bien. En Castilla se apuesta fuerte por el bilingüismo.
Y esto es un valor positivo. Se amplía el número de profesores nativos, aunque
esto no sea siempre sinónimo de buen profesional, y se incentiva a los
nacionales a incrementar su formación. Pero no es oro todo lo que reluce. Y hay
que tener cuidado con estos programas. Primero hay que saber enseñar y transmitir
tu disciplina. Luego ya podemos ponernos creativos y hacerlo en otro idioma.
Para tratar de aliviar la carga
de trabajo a la que se enfrentan los profesores y para cubrir una creciente
demanda de profesorado se ha ampliado la oferta pública de empleo. Esto
da la oportunidad a nuevos docentes de llegar a las aulas y también permite
reducir el tamaño de los grupos, lo que siempre hará mucho más manejable el
aula.
Se han instaurado algunos programas
de gratuidad de libros, lo que facilita a muchas familias que sus hijos dispongan
del material imprescindible para continuar aprendiendo. Si bien no es un
programa para todos ni está disponible en todos los niveles, es un buen comienzo.
Habrá que esperar para ver su futura expansión.
Se intenta combatir el
fracaso escolar mediante la adopción de medidas, como la instauración de la
figura del “profesor colaborador honorífico”. Esto son profesores que han abandonado
el ejercicio “oficial” de su profesión pero que deciden no abandonar las aulas
por completo. De esta manera, su conocimiento y su experiencia siguen sumando a
nuestro sistema educativo. También, dando un mayor apoyo a esos chicos a
los que estudiar y aprender les resulta un poco más difícil.
Por último, se ha
modificado el calendario escolar para el último año de Bachiller, de tal
manera que los alumnos se evalúan de la EBAU en junio en primera
convocatoria y en julio de la segunda. De esta manera, nuestros jóvenes
tienen mayores posibilidades de acceder a aquellas carreras que más les
interesan en lugar de tener que esperar a septiembre para conseguir arañar algún
puesto vacante, sobre todo en aquellos grados cuyas notas de corte son muy
altas y las plazas disponibles muy limitadas.
Pero, debemos ser francos, la
perfección no existe (nuestro mundo sería terriblemente aburrido si así fuese)
y tenemos que seguir trabajando.
La despoblación incesante a la
que se enfrenta esta región provoca la destrucción de empleos y obliga a muchas
familias a tener que viajar a diario decenas de kilómetros para asegurar una
buena educación para sus hijos. Somos parte de esa tan famosa “España vaciada” y
nuestro sistema educativo debe encarar este desafío cuanto antes.
Y, por no romper con la tónica general del país, la convivencia escolar no siempre es todo lo buena que nos gustaría. El ciberacoso continúa siendo un grave problema para los jóvenes de la comunidad. Los casos confirmados aumentan cada año y, como sociedad, tenemos que implementar medidas, como una mayor concienciación entre los chicos sobre las señales para reconocerlo y las maneras que tienen para evitarlo. También aumentan los ataques a los profesores, verbales o físicos, con los que se menoscaba aún más la autoridad de unos profesionales que han pasado en apenas unas décadas de ser “don” y “doña” y tener "el poder" a, prácticamente, no ser nadie.
Reconozco que no lo estamos haciendo mal. Pero
¿por qué no aspirar más lejos, más alto, a una mayor calidad? Teniendo muy
presente las palabras de un andaluz de nacimiento pero castellanoleonés de
corazón que decía “despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien,
importa más que el hacerlas”.
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